Contexto Histórico 1455 – 1476
D. Afonso V – El Condado de Feira
Afonso V fue proclamado rey a los seis años de edad y se casó joven con su prima Isabel de Lencastre, con quien tuvo tres hijos. Hasta alcanzar la mayoría de edad, ha sido su tío, el Infante D. Pedro, duque de Coímbra, quién actuó como regente y gobernador del reino.
Poco después de llegar a la mayoría de edad, la Casa de Bragança impulsó una serie de intrigas y conspiraciones contra el regente, lo que desembocó en un conflicto que culminó en la batalla de Alfarrobeira, donde murió el infante Don Pedro. Esta desgracia, a pesar de la voluntad del rey, llegó a las Cortes europeas, suscitando reacciones de repudio, incluso por parte de la Santa Sede.
La reina D. Isabel, protectora de los frades Loios, falleció en 1455. Años más tarde, en 1475, D. Afonso V, a pesar de diversas posibilidades de matrimonio, celebró desposorios con su sobrina, D. Juana, reina legítima de Castilla, entrando así en la disputa por la sucesión del trono castellano.
De los cinco años de conflicto resultó la Batalla de Toro (1476), una contienda real comparable a la Batalla de Aljubarrota. La propaganda política impulsada por cada uno de los reinos hizo creer que ambos habían salido victoriosos.
El-rey D. Afonso V pasó a la historia con el sobrenombre de «El Africano«, llevando el espíritu de Cruzada hasta tierras de Mauritania, conquistando las plazas de Alcácer Ceguer (1458), Anafé, Arzila o Tánger. A su lado estuvieron buenos y leales caballeros que allí combatieron. Aunque era adulado por los grandes señores, sabía bien que no lo hacían con honestidad, “sino por intereses ocultos”.
Aun así, Afonso V fue otorgando títulos, estableciendo condados, como en el caso de Condado da Feira, creado en torno a 1472. El título fue concedido a Rui Pereira, señor de la Tierra de Santa María y su Castillo, por la ayuda y los hechos que este señor, con sus escuderos y hombres de armas, llevaron a cabo durante la conquista de Arzila y la rendición de Tánger, estando posteriormente presente en la Batalla de Toro, asumiendo una de las alas del combate.
Según los cronistas, D. Afonso V era un amante de las Artes y las Letras: “escribía bien, tenía una gran memoria y una comprensión madura y un ingenio sutil”. Mandó reformar el archivo real (Torre do Tombo) y la librería real, creó becas para jóvenes nobles formados en Derecho y fundó un segundo estudio general en Coímbra, además de otros centros culturales por todo el reino.
Le gustaba mostrarse al pueblo y mezclarse con él. Devoto de San Antonio, era un cristiano de profundas convicciones: “un hombre de gran humanidad y de condición humana”.
Un hombre de su tiempo.